¿Cómo conducir un coche automático por primera vez?

Muchas personas te dirán que conducir un coche automático por primera vez es algo muy sencillo. ¡Y lo es! Sin embargo, si vienes de ‘la vieja escuela’, seguramente notes que hay un pedal que te falte y eso te desconcierte.  Los coches automáticos son fáciles de conducir, prácticos y cómodos pero, como en todo, la primera vez que los conduces es una experiencia diferente y rara, y es que estamos acostumbrados a los cambios de marchas, a escuchar el motor y a tener tres pedales.
Por eso, antes de ponerte al volante de un coche automático tienes que saber exactamente qué es lo que tienes entre manos y, desde el RACC Start, te lo explicamos a continuación.
¡Vamos a ello!

¿Qué es lo más importante a tener en cuenta antes de conducir un coche automático por primera vez? 

Lo primero que debes tener en cuenta al conducir coches automáticos es que la conducción es muy diferente a la de los coches manuales. La metodología no tiene mucho misterio. Aun así, nos costará un poco adaptarnos si venimos de la conducción con cambios de marcha manuales

Lo más importante para conducir un coche automático por primera vez es garantizar tu seguridad y la de otras personas tomando este tiempo de adaptación en un terreno seguro. Es decir, aprender a conducir un coche automático en un entorno donde no suceda nada si se nos cala, por ejemplo. 

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Entender la diferencia entre coches manuales y automáticos es la clave 

Pese a que es mucho más sencilla, todo el mundo aprende a conducir con un coche manual, por lo que es importantísimo ser conscientes de que todo se simplifica y no dejarse llevar por el instinto de lo aprendido. En un coche de cambios manuales, tú eres el que controla la potencia del motor, además de la capacidad de frenado con relación al embrague. Un coche automático hace casi todo esto por ti. 

De lo único que tienes que preocuparte es de colocar la palanca en la posición adecuada en función de si vas hacia delante, hacia atrás o si vas a estacionar el coche. 

Por ejemplo, en un viaje corriente de un lugar a otro, solo usarías tres veces la palanca: una para avanzar, otra para dar marcha atrás y la otra para dejar el vehículo estacionado de forma segura. 

Esta cifra se multiplica en un coche con cambios manuales. ¿Podrías acordarte de la cantidad de veces que utilizas la primera en un viaje corriente por la ciudad? 

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¡Consejo! Al conducir un coche automático, sobre todo la primera vez, descansa tu pie izquierdo, el del acelerador, separado de los pedales. Así inconscientemente no lo llevarás hacia los otros pedales. Y, además, pon las dos manos en el volante, así evitarás el reflejo de tener que cambiar de marchas.

Principales diferencias entre coches manuales y automáticos 

Los coches automáticos son muy parecidos a los coches manuales salvo por unas excepciones que hacen que la conducción sea muy diferente. Las principales diferencias son:

  • El coche automático no precisa que el conductor cambie de marcha, a diferencia de los manuales.
  • Con la conducción automática, el conductor solo debe controlar la velocidad y es el propio motor el que cambiará la marcha según las necesidades de cada momento.
  • Los coches manuales tienen tres pedales: embrague, freno y acelerador. Los coches automáticos solo tienen dos, freno y acelerador, y es que al no ser necesario que el conductor cambie de marcha el embrague se hace innecesario.
  • Los coches manuales tienen 5 o 6 marchas, más la posición de punto muerto y la de marcha atrás. Los coches automáticos, por norma general, tienen 3 posiciones: conducción, punto muerto y marcha atrás. Algunos incluso tienen una cuarta que permite una conducción ‘semi manual’.

Practicar en un entorno seguro 

Una vez entendida la diferencia clave entre ambos tipos de cambio de marchas, nos pueden pasar estas cosas cuando intentamos conducir un coche automático: 

  • Que intentemos usar el freno como embrague provocando frenadas bruscas.
  • Que no le pillemos bien el punto a la frenada.
  • Que el vehículo se nos cale si no ponemos la palanca en la posición adecuada. 

Por todo lo anterior, la práctica en un entorno seguro es clave para no llevarnos disgustos.

 Cuando ya te sientas totalmente capaz de dominar el coche sin confusiones o trabas, algo que no te llevará más que un par de días si eres ya conductor experimentado, podemos atrevernos a conducirlos con autonomía e incluso animarnos a comprar uno si las ventajas nos convencen. 

Antes de seguir leyendo debes echar un vistazo a este artículo: Cambio manual o automático, ¿Cuál es mejor para un conductor novel?

Ventajas de un coche automático 

La comodidad es una de las ventajas de los coches automáticos al no obligarnos a usar en exceso la palanca de cambios. 

Otro extra de comodidad lo aporta la posibilidad de decidir si usar los cambios desde la palanca o desde las levas al volante. Aunque el confort no es lo único que destaca en estos vehículos. 

Los coches automáticos son más seguros, precisamente por no ser necesario estar atentos al pedal y a la palanca. Asimismo, la forma en la que funciona la subida de engranajes del motor, mucho más suave, aporta más seguridad en sí al vehículo. En resumen, sus principales ventajas son:

  • La comodidad
  • La seguridad, puesto que, como hemos dicho, el conductor puede dirigir toda su atención a la carretera
  • El coche automático limita la posibilidad de que el motor se ahogue, y es que al ser él mismo el que cambia de marchas utiliza la que necesita en cada momento
  • El coche automático no se cala
  • La conducción es mucho más suave
  • El motor es mucho más silencioso
  • Son más ‘inteligentes’, por lo que tienen más posibilidades de personalización
  • Reducen el riesgo de averías, ya que el uso del motor es más correcto

¿Cómo conducir un coche automático por primera vez?

Desventajas de los coches automáticos 

Generalmente los coches automáticos suelen tener un coste más elevado de compra, de mantenimiento (se requieren revisiones más profundas) y también de consumo, en función del vehículo que conduzcamos. 

Es importante resaltar que, en este tipo de coches, los frenos se ven bastante perjudicados porque no existe en ellos la opción de freno con el motor. Un aspecto que hace que tengamos que pasar más por mantenimiento.  Destacamos como desventajas:

  • Suelen ser más costosos, tanto en el momento de la compra como en su mantenimiento.
  • La conducción no es tan divertida como la de los coches manuales, y es que solo hay que estar pendiente del volante y de frenar y acelerar.
  • El consumo puede llegar a ser un 10% más que en los coches manuales
  • Al llevar a cabo una conducción más monótona, los conductores pueden despistarse con más facilidad

A pesar de todo esto, nada debería quitarte la ilusión de tener un coche automático ya que los avances tecnológicos han ido minimizando todas estas desventajas. Hoy en día, existen opciones de compra muy económicas, ecológicas y rentables a largo plazo. 

Si estás pensando en conducir un coche automático ten en cuenta que es muy fácil, pero que antes de ponerte en circulación es necesario que practiques al sacarte el carnet de coche para evitar posibles accidentes.  Por tu seguridad y la de los demás, ¡conduce con precaución!